La educación infantil se nota al llegar a Secundaria

Estudio

La educación infantil se nota al llegar a Secundaria

Una investigación con 4.033 niños de EEUU que comenzó en 2006, cuando tenían menos de 6 años, muestra una disminución del fracaso y el abandono escolar en aquellos que cursaron educación infantil en escuelas públicas. Sin embargo, no se observó una mejora en el rendimiento académico respecto a los alumnos que no habían tenido escolarización temprana.


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Nivel educativo

  • Bachillerato y ciclos formativos
  • ESO
  • Educación Infantil
  • Educación Primaria

Área de conocimiento

  • Evaluación Educativa
  • Formación de profesorado
  • Sensibilización social
  • Organización y dirección de centros educativos

¿En qué beneficia la escolarización temprana a la vida académica?

 

Vivimos en un país donde la educación infantil alcanza al 97% de la población entre 3 y 5 años y al 38% entre 0 y 3, y donde las administraciones se esfuerzan en garantizar plazas gratuitas para toda la población infantil. La media de los países de la OCDE se sitúa en el 25% para el 0-3 y el 87% para el 3-5, según los datos de 2020.

 

A estas alturas nadie cuestiona los beneficios educativos que tiene la escolarización infantil para las futuras generaciones. Llevamos dos décadas escuchando a organismos internacionales como la OCDE, la propia UE y hasta Unicef hablar de la relación positiva entre la educación infantil y el éxito escolar, entendido éste como la continuidad de los estudios más allá de la Secundaria Obligatoria. 

 

Datos relevantes

Tras las recomendaciones internacionales hay investigaciones como la que traemos a colación, realizada por investigadores de la Universidad Johns Hopkins de EEUU y publicada en la revista Child Development en marzo de 2022. El estudio siguió a 4.033 niños y niñas desde que tenían entre 4 y 6 años hasta que llegaron a la Secundaria Superior. Una parte de la muestra investigada había cursado el programa de Educación Infantil (kindergarten) en escuelas públicas de Tulsa (Oklahoma); otra, en escuelas de un programa de acción comunitaria de Tulsa llamado Head Start; y otra parte de la muestra no recibió ninguna atención educativa entre los 4 y los 6 años. 

 

La investigación comenzó en el curso 2006-07 y concluyó en el curso 2018-19, centrándose en los resultados de los alumnos en el primer año de la Secundaria Superior (High School). El estudio prestó especial atención a los estudiantes de color y de minorías étnicas: el 34% eran alumnos negros; el 27% hispanos y el 8% nativos americanos.

 

Y los resultados demostraron que aquellos niños y niñas que habían cursado educación infantil no obligatoria entre los 4 y los 6 años en las escuelas públicas de Tulsa faltaron menos a clase, suspendieron menos y repitieron menos e incluso algunos llegaron a cursar cursos de Bachillerato Internacional o cursos preparatorios para la universidad. 

 

En quienes más se apreciaron las diferencias de haber asistido a la escuela infantil fue en la población de color, lo que viene a alinearse con otras investigaciones que sostienen que a quienes más beneficia la escolarización temprana es, precisamente, a la población de extracto social más bajo

 

Finalmente, el estudio recomienda a las autoridades públicas a tener en cuenta esta investigación para impulsar la escolarización temprana. Si bien a veces encontramos políticas educativas carentes de respaldo en materia de evidencias, por suerte en educación infantil parecen estar alineadas las políticas con las investigaciones, pues hay sobrada evidencia de los beneficios de la escolarización temprana, especialmente en los niños de entornos más desfavorecidos. 

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