La formación socioemocional permite enfrentarse a los retos de manera autónoma y equilibrada

¿Cómo surge el proyecto de cuentos 'Mochil'?

Surge por el interés de Joan Antón Martínez Pallarés por realizar una labor que posibilitara el desarrollo integral de los niños. Él fue quien impulsó este proyecto y quien propició que yo lo creara. Desde aquí mi agradecimiento por permitirme cumplir un sueño.

¿Qué características pedagógicas tienen estos relatos? ¿Cómo pueden usarlos los profesores en el aula?

‘Mochil' es una colección de ocho cuentos animados que tienen como escenario una gruta mágica, en la que habitan unos pequeños seres fantásticos que representan cada una de las capacidades que queremos que los niños desarrollen. El trabajo en el aula comienza con la visualización del cuento y, a partir de las actividades y dinámicas complementarias, se pretende que el alumnado interiorice las diferentes capacidades.

A la hora de crear el proyecto consideré básico que el material  resultara atractivo para los niños y facilitara el trabajo de los docentes siendo un recurso de fácil aplicación. Creo que ambas metas han sido alcanzadas.

El educador puede llevar a cabo la lectura de los cuentos y las actividades complementarias en las sesiones de tutoría. Además dispone de las Unidades Transcurriculares mediante las cuales se trabajan las competencias emocionales desde las diferentes áreas. Es importante mencionar que el proyecto dispone de una guía muy detallada que posibilita su aplicación.

¿A partir de qué edad hay que empezar a educar en las competencias socioemocionales?

Cuanto antes, desde la más tierna infancia. Otra cuestión sería que, como en cualquier otro aprendizaje, necesitamos adecuar y secuenciar las diferentes competencias y grados de las mismas a las edades de los niños.

¿Cómo ha sido la implantación del Proyecto Mochil en el campo social/educativo? ¿Qué feedback habéis recibido?

La implantación del proyecto se realizó mediante su presentación en los centros. Se realizó una labor de formación y seguimiento, lo que nos posibilitó comprobar que tanto alumnos como educadores lo valoraban positivamente. Además también se elaboró una evaluación del programa basada en cuestionarios que respondieron los profesores y alumnos. Los resultados de los mismos resultaron muy gratificantes.

¿Cómo surge la colaboración con Fundación "la Caixa"?

Joan Antón Martinez Pallarés presentó el Proyecto a la Caixa y la Obra Social se interesó en él para que formara parte de su plataforma educativa. Desde ese momento se inició una colaboración que posibilitó mejorar el material y digitalizarlo.

¿Crees que la educación socioemocional ha sido la gran olvidada de los programas educativos oficiales?

Considero que sí. Ahora bien, se han comenzado a dar grandes pasos y cada vez son más los educadores conscientes de la necesidad de abordar desde las aulas y fuera de ellas la formación en competencias emocionales.

¿Qué características principales debe tener la formación socioemocional y en valores?

Para ser capaces de formar a niños saludables emocionalmente, somos los adultos quienes primero debemos abordar este trabajo. Es decir, debemos aprender y vivenciar cada una de las capacidades que queremos desarrollar en nuestros alumnos. Además es importante disponer de materiales que nos faciliten dicha labor. Me estoy refiriendo a recursos como cuentos, vídeos, dinámicas, actividades…

¿Crees que los padres y profesores están preparados para el reto?

La vida sería muy monótona sin retos. Este es uno de ellos y debemos afrontarlo como un desafío que nos va a ayudar a crecer. Los padres y madres, así como los educadores profesionales necesitamos sentirnos seguros y eso no siempre es posible. Lo importante es entender que el desarrollo emocional es necesario para crecer en armonía y requiere que nos formemos y aprendamos día a día.

A grandes rasgos, ¿cómo será un niño/niña bien formado a nivel socioemocional?

Desde mi punto de vista sería una persona que, habiendo desarrollado una autoestima satisfactoria, es capaz de enfrentarse a los retos y dificultades de la vida de una manera autónoma y equilibrada. Y, además, crea y mantiene relaciones satisfactorias, comunicando lo que necesita, piensa y siente, y teniendo en cuenta los sentimientos de los otros. Lo dicho implica que estaríamos ante una persona que podrá vivir con plenitud y podrá colaborar en la construcción de un mundo más justo y solidario.