Repensando las bibliotecas
Actualidad Equipo EduCaixa - 26/06/2018
Repensando las bibliotecas
La lectura es parte fundamental de la educación y del aprendizaje. Esto ha sido corroborado una y otra vez por los resultados y el análisis de las pruebas PISA, llevadas a cabo periódicamente por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). La evidencia muestra que el alumnado que tiene acceso a libros tanto en casa como en la escuela obtiene mejores resultados no solo en lectura, sino también en matemáticas y ciencia.
No es de extrañar entonces que algunos actores dentro del ámbito educativo estén alzando su voz para mostrar la preocupación por el descuido del que es víctima la biblioteca escolar.
Los retos que el siglo xxi nos plantea como sociedad han despertado un ímpetu por innovar en el ámbito educativo. Gran parte de los esfuerzos se han enfocado –de manera comprensible– en refinar las metodologías de aprendizaje, llevar la tecnología a las aulas, mejorar las herramientas de seguimiento y evaluación, y fomentar la formación constante del profesorado. Todos estos elementos son, sin duda alguna, de gran importancia. Sin ellos, una educación de calidad es prácticamente imposible de concebir. Sin embargo, esta marcha por la transformación pedagógica no ha alcanzado por igual a todos los espacios del centro escolar.
La biblioteca es claramente un elemento que, a día de hoy, corre el riesgo de ser olvidado y sustituido, lo cual implicaría perder una pieza esencial del engranaje educativo. Estos espacios son clave para avanzar hacia una educación más equitativa, ya que brindan acceso a material y herramientas de aprendizaje al que no todas las personas pueden llegar con sus propios recursos.
Se hace entonces necesario reivindicar la biblioteca escolar como eje fundamental e integrado de la educación, repensar su estructura y su funcionamiento acorde a las necesidades de la sociedad contemporánea. Pero, ¿cómo podemos transformar la biblioteca para adaptarla al cambio educativo?, ¿qué elementos del engranaje debemos modificar?
La primera premisa que hay que tener en cuenta, antes de iniciar cualquier cambio, es definir qué función queremos darle a nuestra biblioteca escolar.
Sabemos que, en el mundo de la información, manejar e interpretar críticamente la avalancha de contenido y de mensajes a nuestra disposición es una tarea ardua que requiere tiempo, energía y formación. Por ello, la alfabetización informacional debe constituir un eje central de nuestras bibliotecas escolares.
¿Os imagináis, además, una biblioteca capaz de dinamizar proyectos culturales de centro? ¿O preparada para ejercer un papel social compensador de las desigualdades de oportunidades entre el alumnado?
Bajo estas premisas de función bien definidas podremos generar acciones de cambio acertadas. Algunos elementos que hay que tener cuenta para dar forma a esta «nueva biblioteca» son los siguientes:
Espacios flexibles y adaptables. Si, por ejemplo, pensamos seguir una metodología de aprendizaje por proyectos, tendremos que generar espacios de reunión y debate. Si queremos dinamizar la biblioteca con exposiciones o proyecciones, deberemos contar con un espacio preparado para ello. El uso de muebles modulares es de gran ayuda en este sentido.
Espacios cómodos. Experimentos exitosos han demostrado que el alumnado disfruta más de la lectura si pueden hacerlo de una manera cómoda y relajada. Muchas bibliotecas innovadoras están optando por añadir sofás, cojines y sillones para hacer la lectura más amena.
Personal cualificado. La figura del bibliotecario formado profesionalmente es quizá uno de los elementos de mayor importancia. Se ha demostrado que el personal de biblioteca cualificado tiene un impacto positivo en las competencias del alumnado.
Diversidad de servicios. Como ya hemos mencionado, la biblioteca debe convertirse en el lugar de aprendizaje por excelencia y no solo el lugar en donde buscamos libros. Las bibliotecas de hoy pueden ofrecer itinerarios de lectura personalizados en función de los intereses del alumnado. Algo así como clubs de lectura. Otro servicio de gran utilidad sería ofrecer asesoría y acompañamiento en procesos y trabajos de investigación.
Recursos multimedia. Las bibliotecas no son ajenas a la revolución digital y, por lo tanto, estas deben ofrecer también recursos multimedia, como documentales, películas, audiolibros, revistas digitales, etc.
Esta semana hemos celebrado el día del libro, desde EduCaixa queremos reivindicar la importancia de la lectura y el valor de las bibliotecas escolares. Si quieres fomentar el hábito de la lectura entre tu alumnado, te proponemos nuestra colección de bits de literatura disponible en nuestra página web.
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