Día Mundial de la Infancia: llevamos las aulas más allá de los conceptos

¿Qué celebramos en el Día Mundial de la Infancia?

El 20 de noviembre se conmemora la Declaración Universal de los Derechos del Niño (1959) y la Convención de los Derechos del Niño (1989). Es un día para redirigir nuestra mirada hacia ellos, escuchar sus deseos para potenciar su bienestar e implicarles en su desarrollo vital desde la educación. 

Todo lo que se celebra en este Día Mundial de la Infancia, desde las aulas pasa por una revisión de cómo educamos en emociones. Desde EduCaixa aprovechamos este día para reivindicar el papel de las emociones como pilar en la educación de los niños y niñas. Por ello, creamos programas que promuevan su desarrollo como personas con competencias emocionales. 

¿Por qué es importante la educación emocional en la primera etapa de la vida?

Principalmente, porque de eso va la educación en general: de poder desarrollarse como personas íntegras. Hay estudios que demuestran que la toma de decisiones está siempre precedida por algún tipo de emoción (Tokuhama-Espinosa, 2012). Si no se desarrolla la habilidad para procesar emociones, tampoco se conseguirá la habilidad para tomar decisiones racionales al respecto. 

Así, si cogemos la definición de Rafael Bisquerra, la parte que brinda la educación emocional al desarrollo de la persona es esencial para la construcción del bienestar personal y social. El desarrollo cognoscitivo tiene su peso en la educación, pero el desarrollo emocional es, al menos, igual de importante.

5 verdades sobre educar la inteligencia emocional

¿Qué es lo esencial que debes conocer para basar tu proyecto educativo en el bienestar emocional? Aquí te presentamos una selección de 5 verdades indispensables para empezar, basadas en el estudio de Tracey Tokuhama-Espinosa, que te pueden servir para entender y enfocar mejor su crecimiento. 

Según el psicólogo Paul Ekman, existen seis emociones universales expresadas en el rostro humano: felicidad, ira, tristeza, sorpresa, miedo y asco. Si las expresiones faciales de los docentes son negativas, esto puede afectar a la seguridad del alumnado: lo que el alumno piense que su profesor piensa de él influirá en su rendimiento académico. De la misma manera, si el alumno se siente apoyado por sus profesores, esto suele repercutir en un aumento del autoestima y del rendimiento. 

Más allá del rostro, una emoción como la ira aumenta el flujo sanguíneo, el ritmo cardíaco y las hormonas. Todos estos cambios en nuestro cuerpo pueden llevarnos a tomar decisiones al respecto, como agredir a un compañero en el patio. Por eso es importante entender las propias emociones, para no tomar decisiones precipitadas.

Te animamos a escuchar sus deseos

Por el Día Mundial de la Infancia hemos preguntado a los niños y niñas qué les pedirían a sus profesores para mejorar las aulas. ¡Estas han sido sus respuestas!

Entre todos, conseguiremos que las aulas vayan más allá de los conceptos y se conviertan en lugares donde crecer significa aprender de y con los demás.