Actualidad Equipo EduCaixa - 21/04/2017
Las seis razones por las que vale la pena estudiar teatro en el colegio
Decía el premio Nobel de la Paz Andréi Sájarov: "Quien no haya visto nunca una naranja, no pedirá una naranja. Nuestra tarea es dar a conocer la naranja y despertar el deseo". Lo mismo ocurre con el teatro: muchos niños no han hecho teatro en clase ni conocen qué les puede aportar, más allá de hacerles pasar un buen rato. Aquí entra en juego la importancia de los profesores. Incluir el teatro como una técnica pedagógica más animará a los alumnos a aprender en el escenario.
Introducir el teatro como parte de las asignaturas obligatorias en la educación actual sería una buena manera de potenciar el desarrollo emocional e instintivo de los niños. En este sentido, Maria Castillo, licenciada en Interpretación y diplomada en Teatro y Educación en el Instituto del Teatro de Barcelona, señala: "El teatro y otras metodologías relacionadas con las artes y la experimentación se acercan más a la formación que permitirá a nuestros alumnos prepararse para el futuro […] que a buen seguro les reclamará creatividad, capacidad para adaptarse y conocimiento de sus habilidades".
Aplicar el teatro a otras materias ofrece un sinfín de ventajas a los estudiantes. Maria Castillo, que, además de actriz y directora de teatro, es fundadora de la Escuela de Teatro de Piera, destaca las siguientes:
Es un aprendizaje basado en el juego y la emoción: Según la pedagogía y la neurociencia, el juego y la emoción son condiciones indispensables para el aprendizaje significativo. Por lo tanto, el teatro conlleva una metodología de aprendizaje natural en el ser humano.
Es transversal: El teatro conecta múltiples áreas de conocimiento, desde la literatura, la historia y la música hasta la estadística. "Recientemente he conocido la experiencia de un grupo escolar que tiene un equipo que se dedica a recoger datos de asistencia de público a funciones escolares. Pretende hacer una media de asistencia para calcular a qué precio deben poner las entradas si quieren recoger suficiente dinero para el viaje de final de curso", explica Castillo.
Promueve el dinamismo en el aula: Esta expresión artística canaliza la energía, fomenta la espontaneidad, la pasión y la creatividad, y permite desarrollar la inteligencia cinegética.
Contempla todos los tipos de inteligencia: Pone en marcha habilidades muy diversas y valora aspectos del alumnado que, generalmente, no aprecia el sistema educativo.
Favorece el trabajo cooperativo: El aprendizaje cooperativo es probablemente el paradigma educativo mejor documentado. Entre sus múltiples virtudes nombraré una a modo de ejemplo: incrementa la satisfacción de los estudiantes con la experiencia de aprendizaje y promueve actitudes positivas hacia el estudio.
Empodera al alumno: Gracias al teatro el estudiante es coautor de su propio proceso de aprendizaje.
Los beneficios están claros; pero, ¿cuándo hay que introducir el teatro en la educación del alumno? "Siempre es recomendable. En algunas edades se puede trabajar des de un enfoque más psicomotriz y en otras des de la técnica propia de la disciplina, pero el teatro siempre es recomendable", explica Castillo, y añade: "Es una actividad inherente al ser humano".
En definitiva, dar cabida al teatro en nuestras aulas como medio de expresión y autoconocimiento ayudará a los alumnos a desarrollar maneras de relacionarse con los demás de forma más sana y humana. Los niños de hoy son los adultos del mañana.
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