El minué



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El minué era la danza
de moda de la corte de
Luis XIV.
Quien más quien menos sabía bailar el minué.
Y claro, entre los compositores de la época quien más quien menos también sabía escribir
un minué.
de moda de la corte de
Luis XIV.
Quien más quien menos sabía bailar el minué.
Y claro, entre los compositores de la época quien más quien menos también sabía escribir
un minué.
El minué es una danza de ritmo ternario que en su origen acostumbraba a tener dos partes de ocho compases.
W. A. Mozart, un bromista empedernido, se burló de la estructura simple del minué: demostró que escribir un minué era tan solo cuestión de azar e inventó un juego para crear minués con tan solo dieciséis tiradas de dados.
¡Creemos un
minué
al estilo de
Mozart!
minué
al estilo de
Mozart!
La primera parte
Haz girar las ruedas para seleccionar los fragmentos de los primeros ocho compases:













































La segunda parte
Sigue hasta completar los dieciséis compases de tu minué:













































¡Tu minué!
¡Y aquí tienes tu minué al estilo de Mozart! Escúchalo entero:




















¡Recompón tu minué tantas veces como quieras!


En el siglo XVIII, el minué se puso de moda en la corte de Luis XIV. Se bailaban minués en las fiestas de la corte y en las ciudades, pero también en los teatros de ópera. J. B. Lully fue el primer compositor en incluir la danza del minué en sus óperas y ballets.
Muchos profesores de baile enseñaban a la gente a bailarlo. Uno de ellos, Pierre Rameau, incluso dejó escrito en un libro (Le Maître à danser, 1725) cómo hacerlo.
Sin embargo, poco a poco, el minué pasó de la sala de baile a las salas de concierto. Primero como parte de la suite barroca (conjunto de danzas para ser tocadas), y más adelante (a finales del siglo XVIII, la época de Mozart) acabó siendo uno de los movimientos habituales de las sinfonías orquestales.
Así pues, el minué acabó convirtiéndose en un baile que no se bailaba, ¡ideal para escucharlo sentado en una silla!
Muchos profesores de baile enseñaban a la gente a bailarlo. Uno de ellos, Pierre Rameau, incluso dejó escrito en un libro (Le Maître à danser, 1725) cómo hacerlo.
Sin embargo, poco a poco, el minué pasó de la sala de baile a las salas de concierto. Primero como parte de la suite barroca (conjunto de danzas para ser tocadas), y más adelante (a finales del siglo XVIII, la época de Mozart) acabó siendo uno de los movimientos habituales de las sinfonías orquestales.
Así pues, el minué acabó convirtiéndose en un baile que no se bailaba, ¡ideal para escucharlo sentado en una silla!





