Dirigir una orquesta consiste en mover los brazos
de forma extravagante y encima, ¡de espaldas al público!
¿SABES POR QUÉ?
Para que toda la orquesta toque al mismo tiempo y de forma equilibrada. Dirigir consiste en marcar el tempo al que debe tocar e indicar si se debe tocar más fuerte o más suave.